miércoles, 25 de mayo de 2011

Real Madrid, año I d.b.

Hola amigos. Con la temporada ya finalizada, es momento de hacer balance de lo que ha sido este primer año de José Mourinho en el banquillo del Real Madrid. Segundo puesto en Liga, campeones de la Copa del Rey (habiendo eliminado a Sevilla, Atlético de Madrid y Barcelona) y semifinalistas en Champions. Estamos entre los cinco equipos menos goleados, y somos el equipo más goleador. A priori podría decirse que esto es lo mínimo que se le exige a un club de la talla del Madrid, pero hay que echar un vistazo atrás y ver de donde venimos.

Venimos de ser segundos en Liga, eso sí, con récord de puntos, aunque por mucho que busquen, en la sala de trofeos no hay ninguno que refleje tal record. En Champions, venimos de caer en octavos varios años y en la Copa de nuestro Rey no habíamos levantado un título en los últimos 17 años, pese a haber tenido al mejor futbolista español de la historia en nuestro equipo.

La prensa se ha hartado de sacar bulos sobre jugadores y entrenador, falsos rumores disfrazados de noticia y, en definitiva, ha intentado gobernar al club desde sus redacciones, como hace cada año. Con lo que no contaban es con la impearmibilidad de la que Mourinho ha dotado tanto al vestuario como al club. Dicha protección no ha hecho sino acrecentar la intensidad de la crítica, dejándose los propios periodistas en evidencia cuando abandonan una rueda de prensa porque quien habla es el segundo entrenador (el que no da portadas ni llena horas de debate en sus programas), por poner un ejemplo.

Desde Barcelona, pese al término "central lechera" acuñado por Guardiola y repetido como alumnos de parvulario por sus palmeros, las críticas hacia el Real Madrid y Mourinho coincidían más que nunca con la línea editorial seguida por el 90% de los diarios de Madrid. Apoyándose en una supuesta preocupación por la marcha del club blanco, que suena más falsa que nunca, han llovido meteoritos desde el equipo hasta el propio presidente. No se podía tolerar que un presidente estuviera de acuerdo con el modus operandi del entrenador que él mismo fichó. Leer y oír a culés hablando del señorío madridista me resulta tan convincente como escuchar a Paco Porras hablando de medicina.



Nuestro entrenador, pese a todo lo que tiene que corregir, ha dotado al club y al equipo de una seriedad que el madridismo echaba muy en falta. Para empezar, cada cual ha de ganarse el puesto partiendo desde cero; por mucho que lo quieran negar, éste fué el motivo por el que Raúl decidió emigrar al Schalke, donde sí le garantizaban la titularidad por decreto.
Después, si el cargo de Valdano es ejercer de chivo espiatorio del presidente en el vestuario, mejor que no esté. El entrenador tiene boca para consultar y/o pedirle cosas al presidente, y el vestuario es territorio de entrenador, jugadores y cuerpo técnico.
Mucha prensa come de lo que genera el Real Madrid, y no al revés. Ellos pueden hacer su trabajo desde el respeto, pero no pueden pretender condicionar las decisiones que se toman dentro del club.

Se ha sabido que, mientras en España se llenaban páginas y horas de debates televisivos hablando del supuesto descontento de Mourinho dentro del Real Madrid, el técnico portugués estaba reuniéndose con Sahín en Alemania para convencerlo de que recalase en el club blanco la próxima temporada. Es solo una muestra de los juguetes con los que Mourinho obsequia a la prensa, para que esté entretenida mientras él hace su trabajo.

Otro dato que muestra la seriedad instaurada en nuestro club, es el hecho de que la plantilla lleve camino de ser cerrada en el mes de Junio, algo desconocido para el Real Madrid en los últimos años. La planificación se está llevando a cabo en unos plazos razonables para evitar sorpresas a mitad de temporada.

En definitiva, todos los madridistas deseamos lo máximo para el Real Madrid, pero creo que esta temporada que ya ha pasado ha sido buena. La continuación del proyecto dotará al club de mayor estabilidad, y al equipo de mayor solidez. El año que viene veremos los resultados.

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