domingo, 23 de diciembre de 2012

Yo estoy con Mourinho

En estos momentos, con un Madrid a 16 puntos de la cabeza de la Liga y una prensa señalando como unico responsable de la situación a la misma persona, soy consciente de que es impopular hacer la crítica que voy a llevar a cabo en este artículo. Sencillamente, la moda es atizar al de siempre, o a los de siempre.

Parafraseando a Mourinho, este equipo es prácticamente el mismo que el año pasado ganó la Liga con récord de puntos y de goles al mejor Barcelona de la historia. Cabe dentro de lo entendible que este año pudiéramos estar por detrás de los culés en la clasificación, ya que son muchas las variables que entran en juego en el deporte, pero no con esta diferencia de puntos. Creo que hasta aquí, en mayor o menor medida, todos los madridistas (los pseudo y los de verdad) coincidimos en el análisis.

Ahora bien, no es casualidad que el año pasado, aún siendo líderes y habiendo ganado al Barcelona, la prensa de Madrid (central lechera para algunos; extensión de la central butifarrera para otros) estuviera especulando con la continuidad de Mourinho en el equipo. No es casualidad porque es bien conocido el gusto de la prensa de Madrid por influir en la actividad del club; sus reacciones cuando el Real Madrid no hace lo que ellos pretenden así lo demuestran. ¿Qué obtendría el Real Madrid a cambio de dejarle su parcelita de poder a la prensa?, precisamente buena ídem. Se hablaría de señorío, de valores y todas esas cosas que, estando muy bien, no ocupan sitio en una sala de trofeos.

                                  Entrenador valiente; capitanes cobardes

Sería un necio si negase la parcela de responsabilidad que tiene el entrenador en la situación actual, del mismo modo que si creyese, o quisiera hacer creer, que es el unico responsable.
La suplencia de Casillas anoche no hizo más que alimentar los bolígrafos de chupatintas que le estan y estarán eternamente agradecido al capitán por no negarse nunca a una entrevista, e incluso hacer mega-entrevistas. En La Sexta se ve que también son agradecidos. Si echamos la vista atrás, podemos recordar el revuelo mediático formado en torno a anteriores suplencias del otro capitán: Sergio Ramos.

Sin embargo, si echamos un vistazo al discurrir de lo que llevamos de temporada, podemos darnos cuenta del ínfimo rendimiento de Iker Casillas. Algunos pensamos que su suplencia debió haberse dado antes. En el caso de Sergio Ramos, cuya humildad no le deja cesar de recordarnos casi en cada entrevista que es campeón der mundo, también he considerado oportuna su suplencia. Estos revuelos me recuerdan al que montaron desde la prensa a Pellegrini cuando, por fin, decidió sentar a Raúl en el banquillo.
El Real Madrid tiene un problema con la asignación de las capitanías, y es que no se aplica la meritocracia, por la cual Cristiano debería ser uno de los capitanes, sino la antiguocracia y el coleguismocracia. El capitán de un barco no ha de ser el más veterano sino el más fuerte dentro y fuera del campo. Tanto a Casillas como a Ramos les puede su bienquedismo con todos y con nadie.

El oportunismo mediático hizo ayer acto de presencia tras la derrota ente el Málaga y, sabedores de ello, en Marca no tuvieron reparo en publicar una de sus encuestas que tanto les gusta hacer cuando saben que les va a salir bien:

                                                            No

Vale la pena recordar a todos los que, influidos por el oportunismo de la prensa madrileña, dicen que nunca debió echar el Real Madrid a Pellegrini, que ésto es lo que publicaban sus diarios de cabecera (los que hoy piden la cabeza de Mou) por aquel entonces:

 
 
 
 
Es curioso que la opinión de cierta masa pseudomadridista varíe al unísono con la de la prensa pseudomadridista. Háganselo mirar algunos.

Una gran mayoría en España alaba el trabajo de Alex Ferguson en el Manchester United. Yo me pregunto: ¿que hubieran pensado si, como le sucedió al Manchester el año pasado, un Real Madrid hipotéticamente dirigido por Ferguson hubiera caído en primera ronda de Champions?; ¿qué hubiera dicho la prensa?; ¿y el pseudomadridismo?.

En lo personal, y aunque no estoy de acuerdo con ciertas decisiones de Mourinho como dejar en el banquillo a Benzemá por Higuaín, le apoyo incondicionalmente como hice en su momento con Pellegrini. La diferencia es que Pellegrini se guardó sus quejas para el final de temporada, con el finiquito ya firmado y cuando no había nada que hacer. Mourinho no ha querido ser un pelele de una prensa cuyo único objetivo, y ahora con más fiereza que en la època de Pellegrini, necesita remontar un descenso del 20% en ventas a costa del pelelismo y marionetismo del que es facil presa cierto sector del Bernabeu.

Reflexionen algunos acerca de si el ir y venir de sus opiniones es fruto de cierta influencia o no. Hasta entonces, mi apoyo al entrenador. Si hay que prescindir de estos capitanes, se prescinde.

P.D. ¿Soy el único que piensa que el equipo echa de menos a Marcelo?.

domingo, 2 de diciembre de 2012

La derrota que vale tres puntos

En esta ocasión, el derbi madrileño se presentaba con novedades respecto a años anteriores. El Atlético llegaba al Bernabeu con una cómoda, que no definitiva, ventaja sobre el equipo blanco en la clasificación liguera, producto de un gran trabajo (en mi opinión, más psicológico que técnico o físico) de Simeone. Sobre el papel, parecía que se daban todos los factores para que, esta vez sí, el Atlético acabara con su racha de no victorias ante el Real Madrid.

Sin embargo, y parafraseando al propio Simeone, "un exceso de euforia tampoco es bueno". El rumbo de ambos equipos en Liga, sumado al entusiasmo de la afición rojiblanca y a la tormenta mediática desatada durante la semana por esa prensa resentida con Mourinho por haber cortado de raíz las filtraciones de la Dirección Deportiva y hacer caso omiso a los fichajes que a golpe de portada quieren imponerle al club blanco, puede que llegara incluso a provocar que los atléticos llegaran al partido pensando que lo tenían medio ganado. De hecho, el propio Gil Marin ya comentó en los prolegómenos que habían ganado el partido solo por haber metido 21.000 aficionados en un entreno.



Un Atlético que había mostrado seguridad y confianza en su juego durante la temporada, empleó el juego sucio cuando el partido empezó a ponersele cuesta arriba con el extraordinario gol de Cristiano Ronaldo. Por cierto, fue descarada la realización de Canal +  tratando de evitar que viéramos la celebración del portugués, con un juego de planos enfocando a cualquier lugar menos al centro de atención del partido en ese momento; imagino que alguien se ha ganado un ascenso.
Volviendo al encuentro, si Pepe, sin negar los excesos que comete en ocasiones, hubiera realizado un partido como el que hizo anoche Diego Costa, hubiera acabado en el vestuario sin el mas mínimo miramiento. Cría fama y échate a dormir. Me llamó especialmente la atención el bajón de azúcar que le dio a Falcao ante Sergio Ramos; no me esperaba una actuación tan Busquetera por parte del colombiano. Al final, la historia de los últimos años se repitió.

Hago una mención especial al detalle para el que se congregaron más periodistas que público: la entrada al campo de Mourinho para recoger las reacciones del público madridista hacia su persona. Salvo los esperados pitos de la afición atlética, las pocas personas presentes en el estadio en ese momento mostraron un claro apoyo al entrenador.

Era de esperar que los medios arrimasen el ascua a su sardina haciendo una lectura sesgada e interesada de lo que ocurriese, y así fue. Como ante la evidencia no se ha podido decir que el público estuviera contra Mourinho, los medios hacen hincapié en la escasa presencia de aficionados en el estadio en ese mismo momento como muestra del escaso poder de convocatoria que tiene el portugués entre su propia afición. Sin embargo, no parece que ocurriera lo mismo con la prensa, ya que se agolpó toda una barrera de fotógrafos y cámaras para captar el momento. Mi lectura personal (y tambien sesgada; ¿por qué no?) es que al aficionado le interesa el fútbol, que empezaba 40 minutos después, y a la prensa le interesa el sensacionalismo.

Respecto al balón de oro, tema del que varios aficionados que tuve cerca de mi estuvieron hablando, creo que ya está entregado, y no es para quien, a mi juicio, lo merece por su trabajo el año pasado.
Cuando Messi ganaba títulos, pero Ronaldo destacaba en la estadística individual, se justificaba la entrega del galardón al argentino diciendo que lo que más cuenta son los títulos conseguidos con el equipo; que las estadisticas individuales eran eso; individuales.
Hoy Messi está en el lado opuesto, y se justifica su merecimiento del balón de oro por aquello por lo que el año pasado se le negaba a Cristiano, habiendo sido superior el portugués a la hora de resultar decisivo para los títulos conseguidos por su equipo.

Es lo bueno de quienes están por encima del bien y del mal: que llevan la razón diciendo una cosa y la contraria.

martes, 27 de noviembre de 2012

Pretemporada navideña

Recuerdo una tarde de mi niñez en la que me encontraba, como muchas otras tardes, con mis amigos jugando a las carreras de chapas con ídems de Coca-Cola. Yo era especialmente malo en la disciplina, pero aún así intentaba dar lo mejor de mí. De entre mis amigos, había uno especialmente ducho en el arte de golpear la chapa con la uña del dedo índice utilizando el pulgar como resorte; casi siempre lograba poner la chapa donde quería. Él siempre ganaba. Sin embargo, parece que aquella tarde la puntería y la precisión se pusieron de mi parte, o al menos no se pusieron de la suya. Después de semanas perdiendo de manera estrepitosa y humillante, logré ganarle una partida. Mi alegría era inmensa y no pude evitar restregárselo por la cara con gestos a cual más burlón. No obstante, había un detalle que se me había escapado y que mi amigo se apresuró a señalar: "¿Por qué celebras que has ganado?; ¿no te has dado cuenta de que aún te queda buena parte del camino para llegar a la meta?. Ahora mismo vas por delante de mí, y con una ventaja generosa, pero eso no significa que hayas ganado".
Era cierto. El haberme visto con tanta ventaja sobre aquel que siempre me ganaba me había hecho olvidar que aún me quedaba parte del camino por recorrer, y él no iba a regalárme la victoria. Si ya de por sí, ésto supuso que mi estado de euforia pasara de cien a cero en décimas de segundo, mi amigo aceleró el proceso apuntillando: "Además, aunque me hubieras ganado de verdad, yo te he ganado todos estos días pasados. Cuando tus días ganados superen a los míos, podrás restregarme tus victorias por la cara".

Ésta ha sido la situación que de manera casi involuntaria ha venido a mi cabeza tras ver a los aficionados del Barcelona celebrando el título de Liga a finales del mes de Noviembre. Hay que ver lo grande que es este Barcelona. Es el primer equipo de la historia que gana la Liga habiendo transcurrido poco menos de dos meses desde el inicio de la misma. Imagino que es la única forma de intentar alcanzar y superar al Real Madrid en número de campeonatos ligueros: meter dos o tres temporadas dentro de una. Solo espero que al Real Madrid no le haya pillado desprevenido, y ya tenga diseñada la pretemporada navideña.

Enhorabuena al Barcelona por su campeonato de Liga. Nosotros, el Real Madrid, haremos todo lo posible para llevarnos la Liga que termina en Mayo-Junio.

domingo, 24 de junio de 2012

En semifinales, ¡cómo no!

Hace cuatro años vivimos el pase a semifinales con una alegría especial. La tendencia de los anteriores campeonatos de Europa se vió interrumpida, eso sí,no sin esfuerzo.

Antes de aquel encuentro de cuartos ante Italia, la selección española había demotrado con su juego que esa vez sí que era una auténtica candidata al título. Aún asi, comentarios como "jugamos como nunca y perdemos como siempre" influían mucho más que dicho juego en las sensaciones de la afición de cara a aquel partido.

Cuatro años después se vive con alarmante normalidad el pase a semifinales. Del Bosque tiene cosas que no me gustan, pero he de darle la razón cuando dice que hemos pasado de pobres a ricos de la noche a la mañana. No comparto el aburguesamiento de buena parte de una afición española que, además, no sabe ganar.
Personalmente, me dan vergüenza ajena las constantes referencias tras la victoria ante Francia a unos muñecos de látex y tela que protegonizan sketches de un humor que aqui nos hace mucha gracia cuando nos reímos de otros, pero no nos hace tanta cuando somos nosotros el blanco del mismo.

El partido en sí fué malo, al menos a partir del primer gol de Xabi. Se volvió al toque absurdo hacia delante y vuelta para atrás, hasta que alguien tuviera a bien errar el pase o la recepción del balón y propiciase, en función de la zona del campo donde ocurriese, un contrataque del equipo francés que aportase algo de sangre y emoción al partido.

Una vez más, la posesión sigue empleándose como dato y argumento demagógico para llamar futbol a lo que únicamente es un eterno rondo carente de emoción para el espectador. No niego que existan situaciones en las que haya que tocar más, pero se está viendo cómo ésta selección rehuye contratacar cuando tiene la oportunidad, y esto es lo que quien escribe este artículo no soporta.

Con una Francia a merced de las genialidades que Ribery y Benzemá tuvieran a bien idear, pudimos generar infinidad de ocasiones en las que, probablemente, hubiera llegado el segundo e incluso el tercer gol. Sin embargo, conocedora de que tiene jugadores para mantener la posesión del balón, España prefirió dormir el partido y a quienes lo veíamos. El sesteo, o chuleo si nos lo hicieran a nosotros, pudo constarnos caro. Cuando uno va ganando por la mínima y abusa del toque sin tener como referencia la portería contraria, está especulando de la misma manera que otros equipos especulan echándose atrás cuando anotan el primer gol. Ésto último se conoce como catenaccio y suele tener una connotación peyorativa, pero aquí estamos pasando del tiki-taka al tikinaccio.

Nos enfrentaremos en semifinales ante Portugal, equipo que si bien no domina tanto como España la posesión del balón, sí domina el contrataque; sobre todo gracias a la aportación ofensiva de Cristiano Ronaldo. Mal haríamos en desperdiciar con toques absurdos de balón los huecos que pueda dejar la selección portuguesa tras perder el balón en un contrataque. Aún con todo, espero y deseo la victoria.

jueves, 16 de febrero de 2012

A falta de finales de Champions, buenas son finales de Copa.

Hola amigos. Disculpad mi prolongada ausencia desde Navidad, pero actualmente no dispongo de demasiado tiempo para escribir en el blog. Intentaré que no pase demasiado tiempo entre entrada y entrada, hasta que vuelva a disponer del suficiente para atenderlo con más regularidad.

Como es costumbre dentro de nuestra Federación, la organización de la Final de Copa del Rey responde al mismo sentido de la organización que emplea en la ídem del campeonato liguero a la hora de asignar horarios y árbitros, es decir: cero. Con las semifinales de la competición resueltas, nos encontramos debatiendo el lugar donde habrá de celebrarse dicha final; algo que parece no importarle a nadie, o al menos no se le da la importancia que tiene.

Como todos sabemos, la final de Copa será disputada entre Athletic de Bilbao y Barcelona. La falta de organización del evento por parte de la Federación, ha provocado que ambos equipos entren a debatir el lugar donde habrá de celebrarse. "Casualmente", ambos coinciden en que el "mejor sitio" es nuestro estadio; el Santiago Bernabeu. No hace falta un alto cociente intelectual para darse cuenta de que ambos equipos muestran el mismo entusiasmo por jugar en el Bernabeu que por mostrar un sentimiento marcadamente antimadridista, tanto por motivos deportivos como por motivos políticos.

Entonces, ¿a qué se debe tal entusiasmo por jugar la final de un torneo en el estadio de un equipo tan odiado?. Por el lado deportivo supone ganar un título y celebrarlo en la casa de tu rival más odiado, con el morbo que ello genera. Por el lado político, supone un hipotético triunfo de ideales independentistas (contra los que en principio no tengo nada, siempre que se expresen de manera respetuosa hacia el resto) en la capital del "reino opresor". Pido disculpas a todo aquel que, de un lugar o de otro, no se identifica con esto último; no es justo meter a todo el mundo en el mismo saco. Sin embargo, estas motivaciones sí que se corresponden con las de las directivas de ambos clubes, que es a donde voy.

Centrándome en el Barsa, el recuerdo de aquella semifinal de Champions contra el Inter que les impidió jugar la final aún escuece. Sigue en la mente colectiva de los culés como una oportunidad única en la que pudieron restregarle un título a su máximo rival en su propio estadio.
Por ello, el Barsa ve esta final de Copa como una manera de eliminar de su psique colectiva el pesar de no haber podido ganar un título en el coliseo blanco. De aquí viene la insistencia de sus dirigentes en que la final se juegue en el Bernabeu.
Resulta curioso que un club como el Barcelona, que se ha caracterizado por manifestar abiertamente su sentimiento catalanista en contra de su identidad española (que digo yo, ¿por qué habrían de ser incompatibles?), justifique su deseo de jugar en el Bernabeu "por el bien del futbol español". Si tanto se preocupan del bien del futbol español, mejor sería que promoviesen entre su afición un sentimiento de respeto hacia lo que supone el himno de un país; y si lo que quieren es pitar al Rey, que piten al Rey; no un himno que representa a más de 40 millones de personas. Yo no soy francés, ni inglés, ni holandés, pero jamás abuchearía sus himnos. Es una mera cuestión de respeto.

Personalmente, y debido a todo lo que he expuesto anteriormente, como aficionado me opongo a que esa final se celebre en nuestro estadio. Por lo visto no he sido el único, y el club ya ha manifestado no querer que la final se celebre en el Bernabeu. Entonces está todo dicho; los demás dirán misa.