lunes, 4 de abril de 2011

El Tottenham...y nosotros con estos pelos

Hola amigos. Antes de comenzar con el tema de la entrada, quiero reafirmarme en mi postura con respecto al tan manido Villarato, que lleva unas semanas saliendo a la palestra más de lo habitual.
Personalmente, no creo en nada que no se haya demostrado y, mal que les pese a algunos, aún no hay pruebas de que exista una conspiración contra el Real Madrid por parte de la Federación ni de los árbitros.
Dicho esto, ha habido jornadas, y la pasada es una muestra más, en las que las actuaciones arbitrales se empeñan en seguir dando argumentos a Mourinho para quejarse ( y a Relaño y compañía para seguir con lo suyo). El entrenador madridista ha manifestado no creer en Villaratos, pero sí que en caso de jugada dudosa y decisiva, al Barcelona se le favorece y al Real Madrid se le perjudica. No hablamos de a quien le pitan más penaltys; eso no es un dato fiable, porque el que te piten un penalty en un partido que vas ganando por tres a cero no es decisivo.
Como he dicho anteriormente, yo no creo en Villaratos. Sí que es verdad que el Barcelona ha salido, en lineas generales, más beneficiado de los errores arbitrales que el Madrid, pero para mí, por ahora, no deja de ser algo atribuíble a la casualidad.

Por otro lado, me molesta que se diga que el madridismo no puede quejarse de decisiones arbitrales que le perjudican porque "como juega mal...". Oigan, jugando mal, tuvímos ocasiones para hacer goles y ganar el partido. No seamos demagogos con el tema del juego y de la posesión, porque creo que el primer partido de España en el Mundial dejó a las claras que quien gana no es el que más posesión tiene o mejor fútbol hace, sino el que mete más goles.

¡¡¡Villara7o!!!

En cuanto a nuestro equipo, aún con el Sportingazo reciente, nos toca cambiarnos de armadura para recibir al Tottenham en Champions. Cristiano ha sido convocado y es más que probable que juegue; no sé cuanto tiempo lo hará, pero espero que en el futuro aprenda a dosificarse y no hacer tanto el cabrón forzando la máquina en partidos de Liga ya resueltos. Junto a él, han entrado en la convocatoria Marcelo, Xabi y Caca; de éste último aún no he escuchado una razón convincente para dejarle en el equipo y haber vendido a Van Der Vaart. Espero que el holandés reciba del Grefusa Stadium la ovación que merece.

Habláis de Caca como si fuera Di Stéfano o Maradona

Y hablando del Grefusa Stadium, parece mentira que el club con más copas de Europa del mundo tenga que hacer campaña alentando a la afición para que haga de su estadio una olla a presión. Desde el año pasado hasta este, ya son muchas las ocasiones en las que jugadores y entrenador han pedido apoyo a la grada.

Lo he dicho en varias ocasiones: la gente que anima con fervor a su equipo es, en su mayoría, gente joven. Que me diga Florentino cuantos jóvenes pueden permitirse un abono del Real Madrid con lo que ello conlleva, pues en partidos como el de mañana también hay que pagar. Que me diga también cuantos jóvenes disponen de 175 Euros para pagar una entrada para ver el partido de mañana en un lugar un poco decente. No sé si Mourinho y la plantilla son conscientes de esta realidad, pero abonarse al Real Madrid, puede suponer para un joven con un salario medio nacional (que ya os digo yo que de 1.500 Euros no es) dejarse hasta tres meses de sueldo.
Con precios prohibitivos para la mayoría de jóvenes, es lógico que el Bernabeu se llene de piperos apoltronados en su localidad.

Con todo esto, desde la difusión que pueda tener este humilde blog, quiero animar, una vez más, a todos los que vayan a presenciar el partido ante el Tottenham a apoyar de una vez por todas a nuestro equipo. Es vital que el Bernabeu retumbe en las cabezas de todo el equipo inglés, y que los nuestros sientan que tienen un respaldo cuando les flaqueen las fuerzas, una bocanada de aliento cuando sus propios pulmones no les basten, un empuje cuando las piernas no les respondan. La afición del club más laureado en Europa no puede permitir que su equipo luche sin su apoyo. Los éxitos no son palabras, los éxitos son actos.