jueves, 16 de febrero de 2012

A falta de finales de Champions, buenas son finales de Copa.

Hola amigos. Disculpad mi prolongada ausencia desde Navidad, pero actualmente no dispongo de demasiado tiempo para escribir en el blog. Intentaré que no pase demasiado tiempo entre entrada y entrada, hasta que vuelva a disponer del suficiente para atenderlo con más regularidad.

Como es costumbre dentro de nuestra Federación, la organización de la Final de Copa del Rey responde al mismo sentido de la organización que emplea en la ídem del campeonato liguero a la hora de asignar horarios y árbitros, es decir: cero. Con las semifinales de la competición resueltas, nos encontramos debatiendo el lugar donde habrá de celebrarse dicha final; algo que parece no importarle a nadie, o al menos no se le da la importancia que tiene.

Como todos sabemos, la final de Copa será disputada entre Athletic de Bilbao y Barcelona. La falta de organización del evento por parte de la Federación, ha provocado que ambos equipos entren a debatir el lugar donde habrá de celebrarse. "Casualmente", ambos coinciden en que el "mejor sitio" es nuestro estadio; el Santiago Bernabeu. No hace falta un alto cociente intelectual para darse cuenta de que ambos equipos muestran el mismo entusiasmo por jugar en el Bernabeu que por mostrar un sentimiento marcadamente antimadridista, tanto por motivos deportivos como por motivos políticos.

Entonces, ¿a qué se debe tal entusiasmo por jugar la final de un torneo en el estadio de un equipo tan odiado?. Por el lado deportivo supone ganar un título y celebrarlo en la casa de tu rival más odiado, con el morbo que ello genera. Por el lado político, supone un hipotético triunfo de ideales independentistas (contra los que en principio no tengo nada, siempre que se expresen de manera respetuosa hacia el resto) en la capital del "reino opresor". Pido disculpas a todo aquel que, de un lugar o de otro, no se identifica con esto último; no es justo meter a todo el mundo en el mismo saco. Sin embargo, estas motivaciones sí que se corresponden con las de las directivas de ambos clubes, que es a donde voy.

Centrándome en el Barsa, el recuerdo de aquella semifinal de Champions contra el Inter que les impidió jugar la final aún escuece. Sigue en la mente colectiva de los culés como una oportunidad única en la que pudieron restregarle un título a su máximo rival en su propio estadio.
Por ello, el Barsa ve esta final de Copa como una manera de eliminar de su psique colectiva el pesar de no haber podido ganar un título en el coliseo blanco. De aquí viene la insistencia de sus dirigentes en que la final se juegue en el Bernabeu.
Resulta curioso que un club como el Barcelona, que se ha caracterizado por manifestar abiertamente su sentimiento catalanista en contra de su identidad española (que digo yo, ¿por qué habrían de ser incompatibles?), justifique su deseo de jugar en el Bernabeu "por el bien del futbol español". Si tanto se preocupan del bien del futbol español, mejor sería que promoviesen entre su afición un sentimiento de respeto hacia lo que supone el himno de un país; y si lo que quieren es pitar al Rey, que piten al Rey; no un himno que representa a más de 40 millones de personas. Yo no soy francés, ni inglés, ni holandés, pero jamás abuchearía sus himnos. Es una mera cuestión de respeto.

Personalmente, y debido a todo lo que he expuesto anteriormente, como aficionado me opongo a que esa final se celebre en nuestro estadio. Por lo visto no he sido el único, y el club ya ha manifestado no querer que la final se celebre en el Bernabeu. Entonces está todo dicho; los demás dirán misa.