domingo, 13 de noviembre de 2011

Carta de un Gallito


"Querido Real Madrid,

Me complace comunicarles que me paso por la cresta el preacuerdo alcanzado con ustedes hace no demasiado tiempo. He preferido quedarme en Brasil; en el Santos. Mi presidente me ha cedido casi todos mis derechos de imagen y ha tenido que pedir un préstamo al Banco do Brasil, para competir con el sueldo que clubes como el suyo o el Barcelona me ofrecían. Espero que el 10% de mis derechos de imagen y la deuda que ha contraído el club para pagar mi nuevo salario, sirvan para hacer que el Santos se sitúe como tercer equipo, por presupuesto, de Brasil (lo que no sé es si será el tercero contando desde arriba o desde abajo).

Entiendan que hay que hacer elecciones en la vida, y yo solo he analizado lo que supondría para mí seguir en Brasil e irme a Europa.
En Europa sería el último mono (o como diría Busquets: el último mucho morro), tendría que empezar desde abajo, en ligas menos competitivas que la brasileña y, además, los defensores de allí son muito durinhos.
En Brasil soy dios. Las chicas me persiguen por la calle, me mandan cartas de amor a la favela, me llaman de todos los programas de televisión y los defensores esperan pacientemente a que termine todo mi repertorio de bicicletas antes de ser regateados. Además, aquí puedo jugar la Copa Libertadores y el Mundial, tanto de clubes como de selecciones; nada que ver con eso que ustedes tanto admiran y que llaman Champions League.
Yo no necesito ir a Europa para demostrar que he llegado a lo más alto en el mundo del fútbol; Pelé tampoco lo necesitó.

Soy el tuerto en el país de los ciegos y no necesito conocer la dura realidad. Eso sí, en 2014 hablamos, por si me da por cambiar de idea...ya saben que no puedo evitar ser tan maduro.

Fdo. Neymar Jr."

¡Qué bien pierde España!

Hola amigos. Ayer nueva derrota en partido amistoso contra una de las selecciones que, si bien ahora no practica el mejor fútbol del mundo, es una de las grandes.

Desde que conquistáramos el Mundial, no hemos ganado ni un solo encuentro contra las selecciones más potentes a las que nos hemos enfrentado; para mí, esto deja a las claras algo que muchos comentábamos desde hace tiempo: la escasa capacidad del panadero para motivar al equipo en los partidos amistosos. No vale escudarse en que en los amistosos se realizan pruebas con varios jugadores, más que nada, porque ayer, por ejemplo, no se vió experimento por ningún lado; Cesc por Xavi y Mata por Silva son cambios naturales.

La España de anoche fué lo más parecido al juego del Barcelona, en el mal sentido. Posesión, posesión y posesión con el resultado de tres remates en la primera parte. La ocasión más clara fué un pase por encima de la defensa de Xabi a Busquets que éste no logró rematar entre los tres palos. Juan Carlos Rivero, al final de la primera parte, presumía de que Inglaterra solo había disparado inocentemente una vez a puerta, mientras España se había liado a tocar y tocar para al final acabar con el mismo marcador. Es cierto que Inglaterra no planteó a España un partido de tu a tu, al menos en la primera parte, pero en muchas jugadas no veía motivo para abusar tanto del toque. Es más, si el toque no funciona, intentémoslo de otra manera, por ejemplo, con más verticalidad; pero no, mejor no hagamos esto porque algunos dirán que eso no es fútbol.

Como veríamos en la segunda parte, Inglaterra empleó sus armas para, no sin poca fortuna, ponerse por delante en el minuto 5 del segundo tiempo. En dicha segunda parte, España, no sé si empujado por el marcador en contra, no abusó tantísimo del toque. Llegaríamos a rematar hasta quince veces más a puerta. Pudimos haber empatado, incluso haber ganado, pero no hubo acierto de cara a gol.

Sé que ésta no es una opinión muy popular hoy en día, pero el juego de toque, el fútbol control o como quieran llamarlo, llevado al extremo, es aburrido, poco efectivo y solo sirve para que el entrenador del equipo con más posesión esté tranquilo en el banquillo. Por supuesto que un partido requiere fases de controlar más el balón, pero cuando ello convierte al juego del equipo en algo previsible, no se está haciendo correctamente. Si España sigue abusando del toque, el resto de rivales podrán diseñar estrategias a medida.

Ya dijo Luis Aragonés que del segundo no se acuerda nadie. Yo matizaría diciendo que del segundo no se acuerda nadie, por muy bien que haya jugado o mucha posesión que haya tenido.