lunes, 15 de marzo de 2010

Hostias en honor a Delibes



Salí de casa en dirección a Valladolid a eso de las seis en punto. Allí había quedado con tres amigos más para ver el partido ya que los cuatro somos abonados del Valladolid (en mi caso es el primer año) y habíamos decidido quedar con bastate antelación para tomar algo antes. Estuvimos en un centro de ocio venido a menos situado a cinco minutos en coche del Estadio José Zorrilla y entramos en el único bar de allí que todavía parece aguantar la crisis. En la pista de baile un grupo de hombres y mujeres comprendidos entre los 30 y 40 años recibían clases de flamenco mientras nosotros en la zona de mesas nos sentábamos a tomar nuestras consumiciones y charlar. El bar en cuestión tenía una enorme cristalera desde la que se apreciaba una hermosa vista de la ciudad de Valladolid. Poco antes de irnos, uno de mis amigos recibe una llamada y tras colgar nos dice:
-"Es mi hermana, vive en frente del hotel donde se hospedan los jugadores del Madrid y dice que les está viendo subirse al autobús. También dice que pasarán justo por la carretera que pasa frente a este centro de ocio".
Nos acercamos a la cristalera y al cabo de unos diez minutos se cumplió lo que la hermana de mi amigo le dijo: el autobús del Real Madrid escoltado por la policía cruzaba frente a nosotros. Alguien del bar dió la voz de que el autobús madridista pasaba frente a su local pero los hombres y mujeres que entonces ya habían finalizado sus clases de flamenco ni se inmutaron, una prueba más de que esto del fútbol es únicamente eso, fútbol, y hay que darle el carácter deportivo que tiene; al menos nosotros que no vivimos de ello (hablo por mi).

Unos minutos después nos dirigímos al Estadio José Zorrilla en cuyos aledaños se divisaba una enorme muchedumbre, sobre todo en la puerta de acceso por la que habían entrado los jugadores del Real Madrid. Como aún quedaba una hora para que comenzase el partido decidimos volver a tomar algo pero esta vez en el bar situado dentro de los campos anexos al estadio(los campos de entrenamiento del Valladolid) que antes de cada partido siempre está abierto. Entre la afición pucelana vi una mezcla de ilusión y expectación, lo primero porque aunque el Real Madrid sea un equipo dificil de batir siempre existe esa esperanza de que ese partido no estén acertados, y lo segundo porque tras el batacazo en Champions ante el Olimpique no se sabía si el Madrid iba a salir ultramotivado para desquitarse de esa eliminación o por el contrario aún le duraría la depresión.
Entramos al estadio, por cierto, he de decir que dos de los que iban conmigo eran antimadridistas asi que ya me estuve preparando para oír una sarta descomunal de insultos y comentarios vacíos, porque un fanático ya sea pro-algo o anti-algo nunca ve las cosas ni habla de una manera objetiva. Como os podéis imaginar tuvimos nuestras discusiones acerca de quien es mejor, si Messi o Cristiano pero al final me dí cuenta de que era inútil decir nada ya que si Messi fuese del Madrid y Ronaldo del Barcelona dirían lo contrario de lo que afirman actualmente. Había una buena entrada en Zorrilla y sólo se quedaron 2.000 entradas sin vender, las más caras por cierto (125 euros). Saltó el Madrid a calentar y el estadio ya dió una primera muestra de lo que le esperaba al equipo de Pellegrini en general y a Cristiano Ronaldo en particular durante el partido.

Unos diez o quince minutos después de finalizar el calentamiento saltaron ambos equipos al terreno de juego y se colocaron a ambos lados de una gran lona con la imagen del gran escritor vallisoletano fallecido recientemente Miguel Delibes. Tras la foto de equipo, los dos conjuntos se colocaron al borde del círculo del centro del campo para proceder junto al resto del estadio a rendir un minuto de silencio en honor al escritor durante el cual se escucharon unas palabras suyas en las que hablaba de su pasión por el fútbol. Tras dicho minuto se soltó una paloma la cual estuvo una parte del inicio del partido revoloteando el terreno de juego y distrayendo al público del juego.

En el inicio del partido se vió a un Real Valladolid con una motivación casi inédita en lo que va de temporada; si hubieran sacado ese carácter contra sus rivales directos quizá no tendrían que lamentar su situación actual. El caso es que el Madrid pudo llevarse algún susto al inicio hasta que llegó una doble ocasión de Sergio Ramos repelida extraordinariamente por Justo Villar. Una falta a Granero, que por cierto estuvo muy gris, al borde del área muy protestada en el estadio (yo hasta que no la vea por televisión no me pronunciaré) le sirvió a Ronaldo para meter uno de sus goles de falta con la pequeña ayuda de un jugador del Valladolid que formaba parte de la barrera. Tuve la suerte de inmortalizar dicho gol en video con mi camara de fotos; me hacía ilusión ver un gol de falta de Cristiano.
El Valladolid acrecentaba su dureza por momentos siendo el portugués blanco de buena parte de las entradas duras de los de Onésimo. El árbitro pitó la primera parte como si fuese la segunda y viceversa, me explico, en el primer tiempo se puso morado a sacar tarjetas por acciones ridículas y en el segundo para no cargarse el partido tuvo que hacer más la vista gorda. Eso crispa a los equipos y por consiguiente al público quienes no comprenden que una acción grave sea menos sancionada que otra leve. El caso es que llegó la fea acción de Nivaldo pisando la espinilla de Ronaldo sin estar el balón en juego. He de decir que yo no vi dicha agresión porque estaba más pendiente del juego y me di cuenta cuando ví a Cristiano rodando por el césped. Fea acción que mereció tarjeta roja a igual que, en el lado contrario, debió hacerse con Ramos por mano dentro del área; penalty y segunda amarilla. El público se cebó con Ronaldo dando igual si la falta que recibía era tal o no, a mi ya me cansa tanto odio estúpido y sin fundamento.
Higuaín aprovechó un buen centro de Kaká digoooooo de Van Der Vaart a balón parado para hacer el segundo gol a falta de muy poco para terminar la primera parte. Por la rabia con la que lo celebró se lo debió dedicar a Inda. Este gol lo vi mal porque me encontraba pidiendo algo de comer porque al igual que el Pipita, yo también tenía hambre aunque fuese de otra clase.

Una vez comido y después de haber presenciado La Jornada de tu Vida del BBVA en el que tres de los cuatro tiradores se hicieron con los premios para envidia del resto de testigos, comenzó la segunda parte. No había empezado a digerir lo comido cuando Ronaldo de cabeza asiste a Higuaín quien se deshace de su marcador y termina consiguiendo el tercer gol. Por la rabia con la que lo celebró deduzco que se lo dedicó a Paco García Caridad. En esta segunda parte el Valladolid no estuvo tan agresivo como en la primera, algo que agradeció Pellegrini y algunos en el estadio como yo que habíamos ido a ver un partido de fútbol, no un combate de lucha libre.


Los goleadores de la noche, bueno no que falta Albiol

El Real Madrid jugaba a su aire y según parecía se había desquitado de su eliminación en Champions. Me sorprendió gratamente Ronaldo en directo ya que es una contínua pesadilla para la defensa con sus movimientos cayendo a ambas bandas, tirando desmarques, etc......una maravilla y ya no hablemos de su velocidad. Desde Roberto Carlos no había visto a un jugador que arrancando diez metros por detrás de otro en un sprint termine por sacarle dos de ventaja a su contrario y con fuerzas para seguir la jugada. El cuarto gol vino por un saque de esquina corto y rápido de Kaká digoooooo de Van Der Vaart ( vaya lapsus que tengo, será de las ganas de ver al brasileño soltándose como Rafa) que recibe Ronaldo quien sin casi pensarlo dispara a puerta entre dos defensores, Justo Villar despeja e Higuaín aprovecha el rechace para hacer su hat-trick. Por la alegría con la que lo celebró intuyo que nos lo dedicó a todos los bloggeros y demás aficionados que le apoyamos cuando le llueven críticas injustas y malintencionadas de prensa que quiere dar a entender que son la voz del aficionado cuando es mentira. Guti saltó al campo sustituyendo a un Granero que había pasado bastante desapercibido durante el partido y después se consumaría el decreto número 7.


El decretazo

Como no podía ser de otra manera, el cono de obra saltó al campo sustituyendo a Higuaín a ver si se le pegaba algo del argentino y le marcaba algún gol al Valladolid. Increíble la ovación que se llevó de una parte del estadio. Tuvo su ocasión para empujar un balón a pase de Ronaldo pero no lo aprovechó, el resto fueron carreras sin sentido para que el público viera lo que lucha. Parecía un chaval recién subido del filial, lo digo porque se movía en todas direcciones descolgándose de la delantera para irse al centro del campo y luego a la defensa y así durante sus 10-20 minutitos; esto empieza a confirmar mi teoría de que Pellegrini le saca para que estorbe al rival en todas las áreas del campo (mientras no estorbe a los suyos me conformo).

Terminó el partido, una victoria más que nos deja líderes por diferencia de goles y sin una sola lesión que viendo lo que hubo en Zorrilla, es importante.
Yo me quedé a esperar la salida de jugadores, mis amigos habían abandonado el estadio 5 minutos antes de finalizar el encuentro. No conseguí que el 9 me firmase su camiseta, parecía algo enfadado. De las decenas de personas que esperabamos a los jugadores a la salida muy pocas pudieron arrancarle a alguno un borratajo en un papel. Podrían haber tenido algún detalle teniendo en cuenta que llevábamos 45 minutos a -3º, pero bueno, llegó un momento en el que solo quería que se fueran para volver a mi coche y dar la calefacción a tope asi que no me importó demasiado.

Por cierto, durante todo el partido estuve calladito tanto con los goles de uno como con el del otro. Los goles del Madrid me los callé por respeto al equipo de mi tierra y con el gol del Valladolid hice lo mismo por respeto al equipo de mi corazón.